Agente de PNC herido de bala en colonia Justo Rufino Barrios, Zona 21.
¿Continuamos poniéndole importancia a esta pandemia?
“La gente ya no le pone importancia”, “la gente no entiende”, “usa mascarilla”. Estas son expresiones usadas a diario en conversiones. En las calles podemos ver distintos comportamientos: quienes aún utilizan mascarilla, quienes utilizan algún tipo de careta, los que utilizan guantes y quienes simplemente ya no le ponen importancia y no usan algún tipo de protección.
El nuevo coronavirus ha provocado miles de muertos, la economía ha tenido el retroceso más importante desde la primera mitad del siglo veinte a nivel mundial. Nuestras vidas han cambiado drásticamente y mientas esto sucede el enojo hacia las autoridades y su mal manejo de las distintas situaciones creadas por esta pandemia aumenta.
La cantidad de vidas perdidas por este virus es muy grande, sin embargo hemos normalizado he inclusive dejar de importarnos los datos que día a día el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS). El gobierno Guatemalteco no cambia de manera radical o discreta la estrategia de cómo luchar contra el virus. La coordinación, la confusión y la frustración reinan en el cómo será nuestro futuro.
La economía del país pasa por sus peores momentos desde hace mucho tiempo. Miles de personas han sido lanzadas a las calles, miles se han quedado sin un techo en cuestión de meses, los precios de servicios y productos han subido de manera sigilosa, muchos negocios han quebrado y otros se quedaron en el abandono.
Esto hace cuestionarnos y cuestionar que tanto aportamos para el cambio o bien el mejoramiento de la situación.
Hace unos días varios medios reportan la historia de un joven que viajó al Lago de Panajachel para vacacionar a pesar de que había sido diagnosticado con COVID19. El joven paseaba por el lugar cuando se sintió mal y pidió ayuda. Personas a su alrededor llamaron a bomberos los cuales se hicieron presente de inmediato, joven les informa que tres días antes había sido diagnosticado como positivo. Poco después fue trasladado a un hospital para recibir ayuda.
La historia causó indignación en redes sociales. Alunas personas exigían castigo para el joven por poner en riesgo de infección a incontables personas, otras sostenían que las autoridades debían haberle negado la atención medica; si tomó la decisión de viajar a pesar de estar enfermo, no merecía ser atendido, afirmaban.
Como esta historia hay un sinfín de versiones parecidas donde muchas personas de forma irresponsable ponen en peligro a otras.
En algún futuro después de tantas malas noticias, malas decisiones y falta de claridad nos permita meditar sobre todo lo que pasó. Tal vez tengamos un punto de vista diferente. Al día de hoy no tenemos claro nuestro futuro, ni cuando todo regresará a lo que alguna vez fue. El pasado jueves llegaron al país las primeras cinco mil vacunas contra el coronavirus, vacunas que serán aplicadas a personas de primera línea –doctores y enfermeros-, estas fueron una donación del país de Israel, si, “Una donación”; y es ahora cuando nos preguntamos de que sirvieron todos los préstamos y por qué no tenemos las vacunas como en los países vecinos Costa Rica y El Salvador, países donde la dosis se está aplicando en grandes porcentajes a los ciudadanos.
Obligadamente nos han pedido que nos acostumbremos a la nueva normalidad. Se antoja complicado que vaya a ser así (por lo menos alguna reflexión debemos llevarnos). En los próximos años posiblemente tengamos un mejor juicio y podamos analizar todas las acciones y decisiones que tomamos durante estos tiempos tan difíciles.
Escrita por Rominguer Juárez
Estudiando de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad San Carlos de Guatemala.